Asociaciones embajadoras en seguridad de los pacientes
La historia de la medicina occidental esta jalonada deuna serie de pasos que fueron, en su tiempo, una revolución socioculturalde la forma en que las personas pensaban a cerca del cuerpo humano, coincidiendocon cambios de rumbo en el progreso tecnológico. Desde este ángulo,pretendemos examinar la historia del impacto que las nuevas ideas en lapractica médica han tenido en las tendencias sociales.
Tenemos que retroceder hasta el siglo V antes de Cristopara encontrar en el mundo occidental los primeros signos de una medicinaracional en oposición a los tratamientos de brujos y hechiceros.Con Hipócrates, comienza una revolución cultural de la quetodavía estamos recogiendo frutos, en la que se supone que la enfermedadtiene una relación causal con factores naturales tales como el entornou orígenes étnicos. El tratamiento se entendía comoel conocimiento del paciente y de su enfermedad. Había nacido elmedico, pero todavía no conocíamos nada de la "misteriosacaja negra" que era el interior del cuerpo humano.
Del Siglo II al XV, el cuerpo humano se consideraba "sagrado"ya que era fruto del trabajo de Dios. El problema para los profesionalesde la medicina, entre ellos Galeno, fue reconciliar el dogma religioso conla explicación científica, tarea que más de uno pagocon su vida.
Con el Renacimiento llegó la desmitificaciónde la integridad del cuerpo humano. Se abrió una puerta que nos llevaríaa una mayor comprensión de la cirugía. Comenzó la descripcióny el análisis de los órganos y de la circulación delos fluidos corporales. También contemplamos el nacimiento de lamedicina experimental, con una ciencia que se desplazaba de los salonesacadémicos a la mesa de disecciones. La ciencia médica perdía,cada vez más, su halo de santidad.
Con la aparición de los hospitales públicos,y bajo una óptica racional, el cuerpo humano deviene cada vez másun objeto mecánico compuesto por un conjunto de órganos. Laenfermedad es un conjunto de síntomas con estados físicosmesurables, donde el diagnóstico resulta de la realizaciónde observaciones clínicas. El enfermo se convierte en un paciente,un objeto clínico.
A lo largo del Siglo XIX, el cuerpo humano se convierteconceptualmente en un objeto mecánico observado a través demedios mecánicos: el microscopio, el estetoscopio, las técnicasanalíticas, etc. También la profesión médicaevoluciona hacia una mayor especialización y segmentaciónpor órganos y funciones en detrimento de una visión globaldel ser humano.
El final del Siglo XIX nos trajo otra revolucióncientífica e intelectual. El descubrimiento de bacterias y virusdesataron una nueva batalla con lo infinitesimalmente pequeño. Eldesarrollo de antisépticos y vacunas llevó al descubrimientode la medicina preventiva. La práctica médica se desplazóde la cama del paciente al laboratorio. No se examina al paciente, sinoun fragmento del mismo.
El Siglo XX nos muestra un cuerpo humano cada vez másparecido a la pieza de una maquina hipercompleja, con una profesiónmédica superespecializada y muy eficiente en un momento determinadode la enfermedad del paciente, pero con una visión del conjunto cadavez más pobre. Es entonces cuando el concepto del organismo vivoes dominado por la ciencia química y farmacéutica. El descubrimientode los antibióticos elimina muchos miedos en la cirugía. Eldescubrimiento de los psicótropos en los 50´s reemplazóa la camisa de fuerza, revolucionando la psiquiatría. La investigacióntrabajaba incansablemente hasta comprender lo pequeño, lo ínfimo,hasta el prión.
De cara al siglo XXI la ingeniería genéticay la ciencia médica abanderan la conquista de un nuevo territorioen la forma de percibir el cuerpo humano y la propia existencia. El cuerpohumano deja de ser único y mortal gracias a las técnicas declonación.
La investigación científica alargando laesperanza media de vida, ha combatido las principales epidemias y ha dadoun serio revés a gran parte de las enfermedades. Es paradójicover que pese a disfrutar de una salud optima, desconocida hasta hoy, laactitud de los ciudadanos hacia la práctica médica evolucionade forma negativa. La filosofía del cuerpo máquina, ya nosatisface, incluso incomoda a muchas personas.
La concepción médica del cuerpo humano sepercibe como muy fría, muy distante del sufrimiento humano, casicomo un terreno donde solo hay ciencia y tecnología, donde la saludpuede ser tratada y medida con criterios objetivos: curvas de temperaturas,ratios matemáticos, análisis médicos, pesajes, medicionesfísicas, pruebas de esfuerzo.
La visión mecanicista del cuerpo humano despistaa las personas dada su falta de compasión. Los logros conseguidospor un materialismo mecánico del cuidado de la salud no se ven compensadospor una visión general del bienestar de la persona. El alma o elespíritu no tienen lugar en estos planteamientos. La ciencia médicaaumenta la esperanza de vida. Sí, pero ¿qué vida? Loscuidados médicos parecen contribuir al desarrollo de una sólidabase para crear un "capital de vida". Pero la noción defelicidad está ausente de este objetivo, dominado por una filosofíamecánica.
La ambición científica de la investigaciónmédica ha sido descubrir más y más, describir todoslos procesos de la vida. La " arrogancia científica" hadesarrollado repulsa no solo en minorías intelectuales, sino tambiénen el hombre de la calle. Existe miedo a la excesiva profanaciónde la vida diaria por la profesión médica. El ciudadano veuna serie de hechos que muestran hasta donde es capaz de llegar la cienciacomo , por ejemplo, los efectos secundarios de la "píldora",los implantes de silicona en la cirugía plástica, los casosde Creutzfeld-Jacob, los bancos de órganos, el uso de anabolizantesen body-building, los cyborgs (Robocop) ó el dopping en el deporte.
¿En nombre de qué concepción del hombrey de la vida tienen lugar estos acontecimientos? ¿En nombre de quesalud física, mental y funcional, se realiza esta evolución?¿En nombre de que distribución de roles y responsabilidades,los médicos prescriben, y los laboratorios lanzan nuevos productos?¿Que sistema de valores morales define lo que es licito o ilegal?¿De acuerdo a que valores se alinean estos productos y servicioscon las aspiraciones de bienestar de los ciudadanos?
En ausencia de una respuesta a estas preguntas, y a otrasde carácter mas general referentes a la salud y la vida, y en ausenciade una finalidad justificada desde la ciencia médica, cada individuoparece sentirse libre para orientar su propia estrategia de la vida y elbienestar.
Vamos desde un cuerpo humano considerado como una maquinahacia una integración armónica de los aspectos físicos,psicológicos y espirituales del bienestar.
Esta tendencia está básicamente orientadahacia la consideración del cuerpo humano como un todo, un conjuntoglobal, mas allá de la simple suma de los órganos que lo componen.Un global que conforma un ser, de forma interdependiente e interactiva consigomismo y con el entorno. Las consecuencias de esta tendencia conduciran anuevas preocupaciones entre los ciudadanos en lo que a la salud respecta.
La tendencia actual aspira a una reintegración delo físico y de lo espiritual en una indisociable entidad global.Las interacciones psicosomáticas serán más importantesque el manejo de los fenómenos vitales. Esto supone aceptar algoirracional en la práctica médica, algo que se resistiráa ser analizado y que será inaccesible al bisturí. Nos adentramosen la dimensión psicológica del ser vivo, probablemente haciaun híbrido entre el "cerebro químico" de los neurólogos,y la "psique" (imaginativa y subconsciente) de los psicoanalistas.
Esta tendencia ataca al modelo que nuestra cultura tienede la juventud como "ideal" de perfección de salud, bellezay realización; un estado que debe preservarse a toda costa. La tendenciaactual favorecerá la aceptación y desdramatizará elpaso por las diversas edades de la vida. Así para cada edad existiráun ideal de salud específico, un especial estilo de bienestar debelleza y seducción. Cada edad tendrá su personalidad, suencanto, sus ocupaciones, sus diversiones, sus habilidades, sus límitesy sus placeres. La vida plena en cada edad.
Mientras que hoy el cuerpo y sus mecanismos estánmás o menos considerados como una celda cerrada, la tendencia queestamos describiendo favorecerá tratamientos que consideren una intearctividaddinámica no sólo entre lo más inmediato, sino tambiéncon el entorno, el estilo de vida, el estrés ocupacional y otrosfactores.
La enfermedad aparece hoy como un mal funcionamiento deinteracciones internas. En el futuro las enfermedades se percibiránno como el fracaso de un órgano o función del cuerpo, sinocomo una ruptura de la armonía integral. Es decir un desequilibrioentre el cuerpo y el espíritu, una pérdida de armoníaentre las diferentes funciones del cuerpo y la desincronización delindividuo con su edad y con el entorno en que se vive. Veremos como el equilibriode la persona se potenciará al estar en fase con las leyes de lanaturaleza y el respeto a sus ritmos y mecanismos.
Los que siempre se llamaron "pacientes" se volveránprogresivamente "clientes", en el sentido pleno de la palabra,mas allá del mero significado financiero. El o ella consideraráque tiene derecho a saber, y a escoger, no sólo el médico,sino también el tipo de tratamiento. Este "cliente" insistiráen un mayor equilibrio en la relación de poder con el médicoque lo trata a la hora de tomar decisiones sobre su salud. Insistiráen conocer cual es su estado de su salud real, comprender las causas y lasposibles acciones terapéuticas a las que puede recurrir. Querráescoger entre los diversos tratamientos aquellos que estén de acuerdocon su elección personal ó estilo de vida, y la importanciaque de a la eficacia, la comodidad, la rapidez de acción óa los riesgos que corre. El individuo pasará de ser un paciente acopilotar su propia salud.
El "cliente" tendrá un papel cada vezmas en el pago de los medicamentos. Cuanto más pague por su propiotratamiento, menos aceptará la naturaleza corporativa de la profesiónmédica. Y, por encima de todo esto, en lo que más insistiráserá en tener una información completa y una buena relacióncon el doctor que lo está tratando. Este deberá garantizaruna responsabilidad personal sobre la enfermedad, propia del actual modeloamericano.
En este contexto de la salud donde el componente psicológicoasume una posición central, la relación médico / clienteserá, cada vez mas, una interacción entre ambos. Primero,en forma de dialogo sobre el diagnóstico que pondrá el problemaen el contexto del estilo de vida del cliente y de su concepciónde la salud. Segundo, en forma de exposición didáctica dondeserán necesarias las habilidades pedagógicas del médicopara explicar, dar confianza y animar al cliente. Y finalmente, la decisiónconjunta de la forma de tratamiento, basada tanto en el criterio terapéuticodel doctor como en el criterio subjetivo de la calidad y del estilo de vidadel cliente.
Generalizando, salvo en el caso de enfermedades agudasy peligrosas, la salud del consumidor del futuro, esperará del profesionalque lo está tratando, la aplicación sistemática de "copilotaje" de su propia salud. En esta emergentetendencia sociocultural la personalización se vuelve un elementoesencial en la estrategia de salud de las personas, bien para estar en forma,bien para hacer frente a una enfermedad crónica. Esto supone un inmensoesfuerzo a los profesionales de la salud. Se encontraran con clientes másactivos, mejor informados, mas seguros de sí mismos y en un entornomas libre. Las personas esperaran un cambio en las diversas estrategiasde salud disponibles, en los escenarios terapéuticos y en la formade seleccionar el tratamiento.
Si con este articulo hemos conseguido entretener al lectory despertar su interés consideraremos superados nuestras aspiracionesiniciales. En el próximo número de PM-Farma continuaremoscon nuestra reflexión analizando el impacto de las nuevas tendenciasen el cuidado de la salud en las estrategias de marketing.