Aunque es cierto que el salario sigue siendo un factor importante a la hora de aceptar un puesto, ya que es lo que permite cubrir las necesidades básicas, una vez el trabajador tiene una red de seguridad y un salario base que considera satisfactorio, entran en juego otros factores a la hora de considerar un puesto de trabajo u otro.  Es el conocido como “salario emocional”, más enfocado a aumentar la satisfacción de los empleados y su sentimiento de pertenencia a la compañía.

Entre estos aspectos encontramos el plan formativo y las oportunidades de desarrollo profesional, algo muy valorado especialmente por los más jóvenes, que buscan en su puesto de trabajo la posibilidad de aprender y crecer.

Las oportunidades de promoción dentro de la compañía, el cambio de departamento, la formación profesional, la creatividad y autonomía en el puesto de trabajo forman un punto clave para encontrar la estabilidad laboral. Al desarrollar nuevas habilidades y competencias los trabajadores pueden conseguir aumentar su valor en el mercado laboral, y de esta manera sentirse autorrealizados.

Otro factor de gran importancia para los trabajadores es la flexibilidad horaria. Los empleados buscan un horario que les permita conciliar su vida laboral con su vida familiar y dedicar tiempo a sus proyectos personales. Hoy en día, este es un punto clave para los trabajadores a la hora de seleccionar un empleo. Y paradójicamente, en nuestro mercado laboral tenemos mucho trabajo por delante para mejorar esto. Muchas empresas siguen con la cultura del presentismo (más comúnmente conocido como “calentar la silla”), que en realidad lo que consigue es el efecto contrario, frenar la productividad, desmotivar a los empleados y crear una sensación general de hartazgo.

De igual manera, es necesario promover un buen ambiente laboral que consiga desarrollar el sentimiento de pertenencia. Esto hará que los trabajadores sientan más agrado hacia la empresa y se promuevan los vínculos afectivos entre compañeros. Los jefes y compañeros tóxicos, malhumorados, que siempre tienen un mal día hacen que aumente la ansiedad y el estrés del resto del equipo.

Esto ocasiona una bajada de productividad en las empresas, además de un aumento del ausentismo y las bajas laborales.

Otro aspecto interesante son los incentivos. Estos pueden ser monetarios, como pagas extra o comisiones; o no monetarios, como viajes, descuentos en productos de la empresa, seguro médico, equipamiento tecnológico, etc.

Después de más de diez años trabajando como HeadHunter en la Industria farmacéutica, puedo asegurar que uno de los factores clave a evaluar en el proceso de selección es la motivación de los candidatos para cambiar de empleo. Es importantísimo entender bien qué busca el candidato, por qué no lo puede tener en su actual empresa y si el cliente al que vamos a presentar su candidatura puede ofrecérselo. Cuando tenemos un trabajador motivado éste utiliza todo su talento y lo pone al servicio de la empresa, lo cual aumenta la productividad. Además, prescribe a la compañía en el mercado y se refuerza su sentimiento de pertenencia.

¿Eres feliz en tu trabajo?

Para el filósofo griego Aristóteles, ser feliz es sinónimo de autorrealizarse, la felicidad es el fin último al que aspira el ser humano.