La IA Generativa, una herramienta esencial en el marketing farmacéutico
Del total de emisores de factura electrónica en España, pertenecen al sector Farma el 0,2% de los emisores (30 empresas en la muestra) y 0,76% receptores (1.819 empresas en la muestra del estudio). Esta situación es similar en otros sectores como el almacenamiento, la pesca, la construcción, el jurídico o la manufactura y quedan muy lejos del comercio, la alimentación o las utilities.
A pesar de este bajo porcentaje, el uso de la factura electrónica creció en el sector Farma, que paso del 0,12% al 02% en emisión y del 0,07% al 0,76% en recepción. Si embargo, sigue siendo poco representativo en un sector en el que el número de laboratorios supera los 600.
De acuerdo con el estudio de SERES, el coste de una factura en papel es de 7,22€ en recepción y 4,45€ en emisión frente a los 2,27€ y 1,64€, respectivamente, de la realizada en formato electrónico. Además, su uso reduce costes de manipulación y personal y mejora la gestión al automatizar tareas, evitar errores, optimizar los pagos y cobros y ofrecer nuevas fórmulas de financiación: factoring.
En España, el retail y las utillities han sido tradicionales impulsores del uso de la factura electrónica, reforzado también con la obligatoriedad de utilizar este formato en las relaciones entre empresas y administraciones públicas (B2G), obligación que se extenderá al conjunto de la Unión Europea a partir del próximo 18 de abril. La relación intracomunitaria se verá favorecida por la reciente definición y adopción de un estándar común europeo de factura electrónica.
Más pronto que tarde, la factura electrónica será obligatoria en cualquier transacción, incluida la relación entre empresas y consumidores (B2C), algo que ya sucede en otros países como Italia, México o Perú. El sector Fama es uno de los más innovadores y dinámicos del mercado. Es un componente fundamental del PIB y uno de los grandes motores del I+D+i, con inversiones que superan los 1.000 M de euros al año.
La penetración o no de la factura electrónica en el sector será pareja a su proceso de transformación digital, todavía pendiente. Es un eslabón fundamental e imprescindible de esta transformación y, sin él, aquélla queda incompleta.
Integrar los últimos avances tecnológicos en el laboratorio para optimizar los recursos es algo que no se cuestiona ninguna compañía farmacéutica hoy en día, pero ¿pasa lo mismo con la gestión de la cadena gráfica de sus packagings y prospectos?