Sin entrar en cifras, si hasta 2013 estábamos en cifras negativas, 2014 ha arrojado cifras de crecimiento moderado. De hecho todavía estamos viviendo la catarsis del sector y viviendo un periodo de cambios  y de movimientos empresariales que, cuando terminen, nos mostrará  un  escenario totalmente diferente del que disfrutamos antes de la crisis.

En estos procelosos tiempos han ido surgiendo nuevas figuras que lejos de ser una moda pasajera o un experimento empresarial, se han convertido en actores fijos del complicado entramado farmacéutico, ganando peso y afianzando su posición. De esta manera, MSL (Medical Scientific Liasson), Market Acces, Regulatory Affairs o Medical Manager; son nombres que han pasado a formar parte del diario entramado farmacéutico ganando peso específico día a día.  

Al otro lado surge con fuerza la figura del Gestor Hospitalario que, ¡cómo no!, gestiona las compras fijándose en el presupuesto total del hospital más que en marcas de medicamentos de manera unitaria, es decir, optimiza las compras en función de los presupuestos y necesidades globales del hospital.

Esto ha influido en los cambios que se están produciendo en las redes comerciales, donde el mejor ejemplo quizás sea el visitador médico ya que a esta figura se le exige cada vez mayores conocimientos técnicos además del siempre imprescindible factor relacional en cuanto seguimos hablando de relaciones de compra / venta. Así pues, ahora mismo se incorporan licenciados en campos como la medicina, biología, químicas o farmacia ya que aúnan ambas facetas de la labor técnica/ ventas.

La cadena de Farma está cambiando prácticamente todos los eslabones, desde los laboratorios a  los compradores finales, ya sean estos hospitales o público consumidor de farmacias a pie de calle. ¿Cómo se explica esto?, de una forma muy sencilla: los recortes auspiciados por las Administraciones han promulgado cambios en los comportamientos de compra de los centros hospitalarios, otrora principales clientes de los laboratorios, e incluso de los  consumidores finales que ya no acuden a las farmacias sólo a comprar los medicamentos tradicionales sino que se encuentran con boutiques de parafarmacia con ofertas de productos tangenciales a la farmacopea tradicional y derivados del cuidado personal.

Frente al decrecimiento de  los medicamentos, entendidos estos como marcas comerciales conocidas, se afianzan las líneas de los genéricos, la oncología y los destinados al VIH. Y son estos los que están resultando ganadores en las aguas revueltas de la crisis al haberse sabido adaptar a las nuevas normas entendiendo cuáles eran los nichos especializados donde sus productos iban a tener mayor acogida y, finalmente, entendiendo las cambiantes normas del juego.

En resumen, se nos va 2014 dejándonos un sector distinto, mejor o peor ya se verá pero desde luego distinto.