En primer lugar, habría que comentar que no es una novedad que en nuestra sociedad, donde prima lo inmediato sobre lo reflexivo y la acción sobre la meditación, se toman decisiones que afectan a condiciones a largo plazo, con una base de información muy pobre y limitada a aspectos centrados en el corto plazo.

Por ejemplo, lo más común es encontrarnos cambios de empresa por decisiones puramente económicas, de reporte inmediato o de reconocimiento social, entre otras, realmente diversas.

Aunque nos cueste reconocerlo, muchas veces el cambio de empresa sigue el mismo patrón mental que una decisión banal. No lo hacemos a propósito, sino que simplemente no estamos acostumbrados a analizar información y variables a largo plazo.

Es aquí donde respondemos a la pregunta inicial. Sí, existe el trabajo de nuestros sueños, que es aquél que nos acerca a la situación ideal de futuro que queremos tener. Empleabilidad, empowerment y emprendimiento son conceptos actuales que nos ayudan a definir situaciones en las que el profesional adopta un papel activo y responsable respecto de su carrera profesional y enfoca todos sus esfuerzos a dirigir su rumbo en la dirección correcta.

Una vez que tenemos claro qué queremos conseguir - que muchas veces consiste en una reflexión sobre conocer cuáles son nuestras fortalezas y qué podemos devolver a la sociedad - el trabajo perfecto es aquél que te ayuda a conseguir tus objetivos futuros.

¿Podríamos decir entonces que existe el trabajo perfecto? Reflexionemos sobre el siguiente párrafo de la novela de Lewis Carrol 'Alicia en el país de las Maravillas':

¿Podría decirme, por favor, por qué camino debo seguir?
—Eso depende, en gran parte, del sitio a donde quieras ir —repuso el gato.
—No me importa mucho donde sea... —declaró Alicia.
—Entonces no tiene importancia el camino que sigas... —contestó el gato.
—...siempre que llegue a alguna parte —agregó la muchacha, como para completar la explicación.
—Puedes estar segura de eso, siempre que camines lo suficiente —declaró el minino.

Trabajos perfectos hay tantos como caminos para Alicia, simplemente hay que saber qué estamos buscando. Y cuál es el papel entonces de los consultores y cómo podemos ayudar a encontrar esa senda.

Sobre todo, ofreciendo alternativas a los profesionales, enseñando los caminos que existen y cuáles son las capacidades presentes y futuras que el mercado laboral demandará en un futuro. Las profesiones del futuro responderán a los retos que estén por llegar y que necesiten de nuevas soluciones.

En el caso del área sanitaria estas demandas están vinculadas con el uso de nuevas herramientas de diagnóstico que nos ofrecerá el conocimiento del genoma humano y de la nanotecnología. Nos encontramos en un contexto en el que se avanzará en un desarrollo clínico en el que los modelos estadísticos reemplazarán a los estudios clínicos humanos con la misma fiabilidad y seguridad.

La cirugía, los tratamientos a la carta, el diseño de nuestro futuro y, sobre todo, un avance en la profilaxis que permita erradicar enfermedades desde su origen y convertir enfermedades mortales en crónicas. ¿Futuro? En muchos casos, ya una realidad.
Lo mejor de las nuevas profesiones es que no necesitarán sólo avances técnicos y científicos, sino que también implicarán un avance y redefinición de algunas competencias profesionales. Por ejemplo, para oportunidades futuras en el área de gerontología y, dentro de ella asistencia a distancia, se necesitarán profesionales formados en atención sanitaria, nuevas tecnologías, habilidades sociales, capacidad resolutiva y empatía.

No podremos seguir pensando en el perfil profesional que necesitarán estas posiciones en base a modelos formativos y decisiones empresariales pasados.