Innovación y gestión eficaz en comunicación en salud: un enfoque en digitalización y sostenibilidad
Innovación y creatividad son valores en alza en estas últimas décadas. Palabras mágicas que se pronuncian en reuniones empresariales, en círculos multisectoriales, briefings, moda, marketing… ¡y hasta en gastronomía!
El hecho de innovar nos produce ya en sí mismo una cierta satisfacción personal, pero en el ámbito empresarial no debe buscarse el innovar “porque sí” sino persiguiendo el fin último de toda novedad: el de mejorar un negocio o el de crear una nueva oportunidad de negocio. En este punto es importante destacar que la innovación en las empresas no solo apunta a nuevos productos o servicios, sino también a nuevas maneras de gestionar los recursos y capacidades, a nuevas formas de llegar a los clientes, a nuevos métodos y herramientas.
Uno de los productos de la innovación más seductores y extendidos son las tecnologías puestas al servicio de la comunicación. Se nos han metido en casa, en nuestro ocio y en el trabajo, cambiando nuestros procesos de realización de tareas y hasta de nuestros hábitos de interrelación. Así pues, las nuevas tecnologías se han ido haciendo un hueco en nuestras vidas hasta llegar a hacerse incluso imprescindibles pero… ¿qué es lo que hace que ya sean pocos los que se resistan a la omnipresencia de estas nuevas herramientas? Básicamente, las razones se resumirían en dos principalmente:
- Su casi ilimitada fuente de información, conocimiento e intercambio de opinión, sin fronteras físicas ni temporales, con una capacidad de actualización inimaginable, accesible y portátil.
- La gran fuerza expresiva y visual de comunicación que permite su tecnología.
Y es que no es la primera vez que la tecnología revoluciona, por ejemplo, la forma de contar historias. Sin desplazarnos demasiado al pasado, la tecnología del cine permitió absorber e integrar a las otras 6 expresiones artísticas “tradicionales” anteriores: arquitectura, danza -y teatro-, escultura, música, pintura y literatura. El cine, como nueva forma de expresión artística que fue, resultó tan exitosa que le valió la clasificación de séptimo arte y aún su poder sigue muy vigente en nuestros días. El mundo evoluciona y con el tiempo van surgiendo nuevas artes, digamos, más “contemporáneas”: fotografía, cómic y hasta videojuegos parecen ser las candidatas a cubrir los puestos siguientes de la lista.
Las tendencias apuntan a las formas de expresión multimedia como el siguiente eslabón en la saga de las artes ya comentadas. La expresión multimedia no solo ha integrado a las anteriores formas artísticas -incluído el cine-, sino que además permite al receptor interactuar con ella. Esta posibilidad de interacción nos hace abandonar el papel de mero consumidor pasivo para adoptar un nuevo rol protagonista al generar y emitir información y contenidos por nosotros mismos. Esta vivencia única y personal del consumo nos hace ver esta nueva forma de comunicación como una opción realmente seductora.
Por supuesto, el mundo de la comunicación para la salud no se ha mantenido ajeno a estas nuevas vías de expresión e innovaciones. Los profesionales de la salud precisan de proyectos de comunicación y de formación basados en estas nuevas tecnologías, dado el escaso tiempo del que disponen para estar al día de toda la información existente y la necesidad de responder de forma rigurosa a las necesidades específicas de los pacientes.
Dentro del marco de las exigentes restricciones legales del sector, la industria farmacéutica dispone ahora de estos medios que le permiten acceder al profesional y también al paciente de múltiples formas.
Es por ello que en TCC hace tiempo que vemos el enorme potencial de estos nuevos canales de comunicación. Partiendo de nuestro expertise en Marketing Farmacéutico, integramos nuestro conocimiento de la comunicación en healthcare y de la visita médica en el desarrollo y el diseño de aplicaciones específicas para plataformas móviles (Tablet PCs, iPad, iPhone, smartphones…). La implementación de la comunicación en estos nuevos soportes ha resultado ser, más que un reto, una excelente y magnífica oportunidad a nivel creativo.
Con respecto a la estrategia de comunicación, la fluidez que aporta la navegación a través de una aplicación, nos permite una visita médica rigurosa y a la medida de los contenidos demandados y del tiempo disponible. Porque lo que puede ser muy útil y válido para unos profesionales puede serlo muy poco o nada para otros. Es por lo que la navegación flexible resulta de gran importancia para gestionar los contenidos, permitiendo hacer una visita muy superficial o mucho más específica, hasta el punto de poder profundizar sobre datos concretos, incluyendo artículos originales, fortaleciendo el nivel de confianza de los mensajes.
En cuanto a la expresividad visual, ha sido como si una simple línea cobrara de pronto tres dimensiones. El salir del contexto de la literatura médica en papel como soporte de comunicación y entrar de lleno en los códigos visuales propios de las aplicaciones multimedia (como la creación de escenarios en 3D, animaciones, vídeo, etc., todos ellos recursos utilizados también en los videojuegos) nos permite crear un estilo visual que favorece una actitud positiva para seguir avanzando por los contenidos. Por otro lado, la posibilidad de interacción permite una mayor personalización y participación dentro del hilo narrativo de la comunicación haciendo, en definitiva, que estas nuevas plataformas nos resulten altamente atractivas y ventajosas.
Otros valores añadidos que destacan en estos dispositivos son su portabilidad, su sistema de pantalla táctil y sobretodo, su capacidad para albergar una gran cantidad de información en diferentes formatos con la posibilidad de mantener actualizados los contenidos de forma sencilla y sin grandes inversiones. A todo esto hay que añadir otras virtudes en cuanto al ahorro de recursos como papel, tintas, etc., permitiendo a muchas compañías farmacéuticas cumplir con sus políticas de creciente compromiso con el medio ambiente.
Pero no debemos olvidar que, como toda herramienta que se precie, el resultado no solo depende del tipo de herramienta que manejemos, sino también de cómo y quién la utilice. Por ello, el delegado que partícipe en este proceso de evolución, debe entrenarse en estas aplicaciones para desplegar todo su potencial y poder así efectuar una visita técnica de calidad. Hay que usarla para seguir abriendo un diálogo con el médico, para transmitir información y para obtenerla. Este flujo bidireccional es la base que crea valor en la visita médica y ayuda a establecer una relación personal y profesional entre el médico y el delegado. La interactividad que permiten estos soportes abre una gran oportunidad en este sentido.
Todo parece que está cambiando: nuevas tecnologías, nuevos formatos, nuevas tendencias, etc. Sin embargo hay cosas que nunca cambian. Desde la agencia, la clave sigue siendo aportar valor a nuestros clientes y para eso hay que apostar por la creatividad. Seguir sorprendiendo al mercado con ideas diferentes, que ayuden a vender y a solucionar los problemas de negocio. En definitiva: sumar creatividad y eficacia.
Para finalizar, cabe señalar que, en este nuevo escenario en el Marketing Farmacéutico, la apuesta no es tanto por lo cuantitativo sino por lo cualitativo. La verdadera apuesta es por una visita médica rigurosa, a la medida de los contenidos demandados pero también del tiempo disponible, por la innovación y la optimización de los recursos económicos y, por último, por una creatividad eficaz entendida siempre dentro del marco especializado que, además, aproveche el potencial en cuanto a impacto visual y posibilidades de interacción que nos ofrecen las nuevas tecnologías
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El impactante cambio que la tecnología nos está proporcionando es, a veces, un mero espectáculo para quien solo observa lo que pasa sin entenderlo bien, no actúa ni lo adopta como propio y suele quedar relegado a la periferia del mundo que vivimos.