21 siglos después está claro que la necesidad de curación es la misma pero la comunicación es muy diferente en una sociedad en la que además, los remedios curativos son productos industriales, inmersos en el competitivo eje de la oferta y la demanda y donde el mensaje comercial ha de ser, obviamente, más sofisticado, más analizado y más estudiado.

El sector y la industria farmacéutica necesitan explorar nuevas vías de transmisión de sus mensajes, nuevos productos cada vez más potentes en los que la investigación vaya unida al empuje definitivo de trasladar a la población la confirmación de sus capacidades curativas.

Mucho por investigar y por aprender
La formación para el sector farmacéutico tiene un terreno obligado en los aspectos regulatorios, industriales y por supuesto del marketing y la comunicación propios de su esfera pero, sin duda, ha de abrirse a ese nuevo horizonte estratégico donde reencontrar de nuevo las habilidades que el antiguo chamán dominaba para relacionarse con su tribu y ser capaz de tejer un entramado único para desarrollar su actividad.

Siendo un pilar industrial de primer orden y desarrollando una actividad de máximo interés en la sociedad como garantía en la creación de productos curativos, el sector necesita mantener despierto el interés por conocer nuevas vías, de explorar nuevos caminos, de aprender toda clase de técnicas e innovaciones para su continuo crecimiento.

Desde hace 20 años, IIR España ha trabajado en esta línea, aportando a los profesionales farmacéuticos foros formativos e informativos para avanzar en su crecimiento. Seminarios específicos y técnicos directamente relacionados con las cuestiones propias del sector, y conferencias y congresos donde intercambiar opiniones y conocer las best practices de las grandes corporaciones del sector y, desde luego, conseguir de primera mano la información más actual respecto a las nuevas normativas y disposiciones regulatorias de los medicamentos.

Pero más allá de la formación técnica y específica que el sector requiere, sin duda, el reto a futuro es aprender además otra serie de habilidades profesionales no tan apegadas a su producción sino, precisamente a esa relación mucho más ligada al crecimiento de redes interpersonales encaminada a lograr uno de sus grandes objetivos: hacer públicas las cualidades terapéuticas de sus productos. Un profesional del sector no debe ser ajeno a las nuevas prácticas de trabajo en equipo, de gestión de proyectos, de organización del tiempo y por qué no de creatividad, de emociones, de liderazgo y desde luego, comunicación.

Y hemos sido testigos de cómo el sector se ha abierto al aprendizaje de esas necesarias habilidades para completar un círculo de conocimiento mucho más sofisticado y adaptado a la sociedad actual. A través de su ya conocida división PTI ha asumido el reto de dotar al sector de un referente claro para su formación desde una óptica rigurosa y de calidad.

Sin duda, sólo con un amplio conocimiento del producto y de las fórmulas de conexión con el público, es posible continuar un camino competitivo y de máximo nivel estratégico, en este contexto, una formación continuada y actualizada se eleva como pieza clave del engranaje que aviva el motor de crecimiento que el sector necesita.