Sistematizar la FMC. Una necesidad indispensable.

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Rafael Tapounet, Director General de PROFÁRMACO 2.

Sistematizar la FMC. Una necesidad indispensable.

15/11/2004
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Las actividades de Formación Médica Continuada (FMC), constituyen hoy día una amplia oferta donde el médico puede escoger la que considere más idónea para conseguir mantener e incluso mejorar su competencia profesional.

Las actividades que son posible realizar son variadas (cursos, talleres, mesas redondas, programas de casos clínicos....) y de diversa procedencia (universidad, sociedades científicas, colegios médicos, industria farmacéutica....)

Esta amplia oferta de FMC de que hablamos, es preciso ordenarla y dotarla de unas directrices que permitan su desarrollo estructurado dentro de unos cauces razonablemente lógicos.

Se acepta, por lo general, que determinadas actividades son más adecuadas que otras para conseguir el objetivo final de cualquier programa de FMC; es decir, modificar de forma positiva la práctica clínica. Sin embargo, el tema no es tan sencillo como parece y requiere de un estudio más profundo y minucioso que el que corresponde a un simple artículo de intenciones, como es el caso. Avanzaremos, no obstante, algunas consideraciones que nos parece deben tenerse en cuenta a la hora de enfrentar este tema.

Para iniciar un proceso de FMC es preciso disponer de información, con el objeto de conocer las necesidades de los profesionales sanitarios, dado que la FMC se orienta, no sólo a mejorar los conocimientos sino también las habilidades y actitudes del médico. Se hace, por tanto, indispensable ajustar la actividad de formación continuada al perfil profesional del usuario. Este requisito constituye en la actualidad uno de los puntos básicos a la hora de definir un plan de FMC.

Toda metodología de FMC, por consiguiente, ha de seguir una sistemática que contemple cada uno de los pasos que de forma secuencial conducirán al diseño y elaboración de un plan de FMC acorde con el perfil del usuario, pero también con su entorno; es decir, con sus disponibilidades y requerimientos del día a día de su práctica clínica, etc.

En el cuadro siguiente se describe de forma resumida esta SISTEMÁTICA de la FMC:

Investigación
El primer paso consiste en investigar. Se detectan, en primer lugar, las necesidades formativas, utilizando para ello diferentes medios como los que aparecen en el cuadro.

Aquí hemos de señalar dos aspectos que nos parecen importantes y que precisan, a nuestro juicio, aclaración. El primero de ellos es que las necesidades que investigamos hay que buscarlas a nivel de un colectivo (ej. médicos de familia..) y no a título individual. El segundo, es que esta investigación y, consecuentemente, las herramientas a utilizar para ello, deben confiarse a expertos en formación, pedagogos, etc., quienes establecerán las directrices a seguir al respecto.

En este sentido, la creación por la entidad dedicada a elaborar programas de FMC de un comité pedagógico asesor, formado por este tipo de profesionales constituye, sin duda, el camino más seguro y eficaz para lograr los objetivos planteados.

Planificación
Una vez establecidas las necesidades, se pasa a la etapa de la planificación, que consiste en diseñar las acciones a seguir. Estas son, básicamente, tres: formulación de objetivos y en función de éstos se designa la actividad o actividades a implementar para, consecuentemente, finalizar con la selección del coordinador y docentes que mejor convengan al tipo de actividad a realizar.

Integración
La integración del proyecto constituye una etapa importante dentro de la sistematización de la FMC.

En efecto, integrar quiere decir, en este caso, adaptar y ello significa en primer lugar que los conocimientos teóricos - básicos que proporciona el programa estén relacionados con la práctica cotidiana, procurando, para ello, que los elementos y técnicas a diseñar dentro del programa incidan de forma positiva en las habilidades y actitudes del médico.

¿Cómo se consigue esto? Con estudio y aplicación de las modernas técnicas formativas, pero también con imaginación....

Sabemos que la mejor manera de aprender es practicando; es decir, haciendo aquello que necesitamos conocer tantas veces como sea necesario y para ello están los talleres prácticos con actores o maniquíes de simulación, etc.

Ahora bien, entre la simple exposición de conocimientos y la práctica con actores hay un espacio lleno de posibilidades que tan sólo necesitan eso, un poco de imaginación para ser aprovechadas.

En efecto, un buen diseño partiendo de los resultados de un análisis riguroso de las necesidades, permite incorporar aspectos concretos destinados a favorecer la interactividad del proyecto que, en la medida en que suponen aprendizaje, resultan de utilidad práctica.

En esta línea se inscriben acciones que van desde el desarrollo de programas interactivos que combinan texto con audio y video, hasta la elaboración de herramientas con animaciones, que permiten mejorar la curva de aprendizaje de forma significativa.

Elaboración
Integrado el proyecto, se inicia la etapa del desarrollo del mismo; es decir, la creación y elaboración de los programas, materiales e instrumentos adecuados a los fines establecidos, que ya fueron definidos en la etapa anterior.

Evaluación
Finalmente, hay una fase posterior que consiste en medir la eficacia del proyecto con el objeto de evaluar cuál ha sido el resultado del programa de formación. Se utilizan para ello cuestionarios de elección múltiple o preguntas a respuesta abierta. Su objetivo es identificar problemas o deficiencias del proceso con el objeto de generar una reflexión sobre el mismo e introducir medidas correctoras para producir mejoras en el futuro.

Resumiendo lo antes dicho, la sistematización de la FMC consiste en: detectar necesidades y en función a estas diseñar acciones de acuerdo con una metodología formativa que integra el proyecto a la realidad de la práctica diaria. En base a ello, desarrollar el material y las técnicas e instrumentos que constituirán el programa y, finalmente, medir su eficacia, cuyos resultados permitirán perfeccionar el producto.

Sabemos que no es fácil hacer realidad esta sistematización de forma total y siempre, pero también sabemos que hay que procurar avanzar en esta línea. De momento, la calidad técnica de la actividad propuesta; la idoneidad y pertinencia de realizarla en función de las necesidades del target; la acreditación que avala su diseño, planteamiento y contenido, son requisitos que no deben faltar nunca a la hora de planificar un proyecto de este tipo.

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