Transitamos por los albores de la era digital. Grandes cambios han comenzado ya a producirse, pero no son sino la punta del iceberg. El mundo se transformará de manera disruptiva en las próximas décadas debido a la tecnología, eso es un hecho que ya se empieza a constatar.  Esta aceleración y cambio cada vez más presentes en la sociedad mundial no han dejado fuera a la medicina, una profesión que está evolucionando también con gran velocidad debido a los cambios operados en la sociedad.

Con esta realidad es necesario identificar el contexto en el que se desenvolverá la profesión médica a corto y medio plazo, y responder a preguntas como ¿cómo cambiara la sociedad?, ¿cómo influirán las nuevas tecnologías en nuestras vidas?, ¿cómo impactará la tecnología sanitaria en el quehacer de los médicos?, ¿cómo se enseñará y se aprenderá en la próxima década? Estas respuestas definirán un mundo que habrá cambiado drásticamente y abre lugar a ¿qué tipo de profesional sanitario necesitaremos para afrontar estos cambios?

Un paseo por el futuro próximo
Las próximas líneas son una invitación al lector a pensar “fuera de la caja”, a imaginar el futuro a medio plazo en el que los profesionales sanitarios ejercerán su labor. El mundo en los próximos 20 años se transformará de manera disruptiva, dibujando un nuevo horizonte vital para el ser humano. Nuevas tecnologías, nuevos valores, nuevas necesidades, nuevas maneras de trabajar y de aprender.

El análisis de las tendencias actuales permite identificar estas 10 claves, que con alto nivel de probabilidad, contribuirán seguramente a perfilar el escenario futuro: 

1.- Los retos demográficos de la longevidad, la superpoblación y el cambio climático condicionarán las estructuras sociales, físicas y económicas. La evolución tecnológica traerá un ser humano aumentado que vivirá más años y una numerosa población envejecida que requerirá un desarrollo completo de la ‘agetech’. La superpoblación, las migraciones y los desequilibrios territoriales a nivel nacional y mundial, necesitarán soporte político, científico y tecnológico para evitar tensiones económicas, sociales y ambientales graves. Estas últimas traerán consecuencias catastróficas para la humanidad y es probable que la situación obligue a adoptar medidas drásticas para paliar la crisis climático-ambiental y su repercusión en la población, los territorios y la vida que hoy ya vemos se están poniendo en marcha. 

2.- La hibridación será un rasgo común que permeará las relaciones humanas, la salud, el mundo laboral, el ocio y todo el escenario vital. La pandemia aceleró la adopción de la tecnología y evidenció que contamos con todos los elementos necesarios para cumplir con las tareas de manera remota, manejando la información en la nube, teniendo reuniones a través de diferentes plataformas y trabajando a distancia. Las jornadas laborales serán híbridas y los trabajadores estarán dos o tres días en sus hogares y el tiempo restante en las oficinas. Será un esquema mixto remoto/presencial. Panorama que se repite en la formación, la formación a distancia se utilizará a escala mundial y las instituciones educativas implementarán modelos de formación híbridos, en un enfoque integral que combine los mejores valores de la formación presencial y en línea para crear la experiencia de aprendizaje ideal.

3.- En 2030-2040 asistiremos a una metamorfosis total de las viviendas, los viajes y la movilidad. La población esperará que el mundo a su alrededor esté continuamente conectado y es probable que para 2040, el uso del cifrado cuántico esté muy generalizado y los sistemas sean mucho más difíciles de hackear que hoy. Cada hogar será una plataforma para software y robótica que proporcionará seguridad, comodidad, gestión del ambiente y un flujo constante de servicios inteligentes y entretenimiento para sus ocupantes y visitantes. A su vez, los automóviles se construirán en torno a la tecnología de la información y el paisaje urbano se transformará y las calles y autopistas inteligentes se convertirán en la primera implementación importante del tan promocionado ‘Internet de las cosas’.  El 7G será el estándar mundial para las comunicaciones inalámbricas en 2040 y proporcionarán la infraestructura necesaria para transportar la gran cantidad de datos generados por el hogar, coche y ciudad inteligente del 2040.

4.- En los próximos 10 o 15 años vamos a ver más transformaciones que en toda la historia de la humanidad, debido a la tecnología. Una tecnología exponencial duplica cada año, su potencia y/o su velocidad y/o su coste se reduce a la mitad. Entre las tecnologías exponenciales están la inteligencia artificial, la realidad aumentada y virtual, la ciencia de los datos, la biología digital y la biotecnología, la medicina, la nanotecnología y la fabricación digital, las redes y los sistemas informáticos, la robótica y los vehículos autónomos. Todas estas transformarán la vida de los seres humanos.

5.- El uso intensivo de la tecnología nos introducirá de lleno en la sociedad del conocimiento. Una sociedad que emerge del crecimiento exponencial de las tecnologías de la información, la generación masiva de datos, la interpretación de estos y la toma de decisiones. Representando un giro histórico en el que la cultura digital se añadirá a la realidad inmediata de la experiencia personal, el conocimiento experiencial y la interacción. El big data, el smart data, el open data, las tecnologías de personalización o los avances en business intelligence transformarán los datos en información valiosa para generar soluciones más efectivas, ahorrar tiempo, dinero o salvar vidas; todo esto bajo la creación de sistemas y marcos legales y regulatorios que permita compartir grandes volúmenes de datos y mantener al mismo tiempo la privacidad y la seguridad. 

6.- Las competencias digitales serán las nuevas competencias básicas. El uso intensivo de la tecnología y el desarrollo de planes formativos en competencias digitales desde la escuela, universidad y post universitario, permitirán una adopción paulatina por parte de la sociedad de la era digital. En la nueva era digital las formas de pericia intrínsecas a cada ámbito profesional (médicas, legales, económicas, etc.) cambiarán para acomodarse a la interpretación computacional de la realidad. La necesaria alfabetización informacional estará estrechamente ligada a otras competencias como son los conocimientos básicos en tecnología de la información y de la comunicación, y la alfabetización digital y mediática. Por tanto, el soporte del sector público es imprescindible como facilitador y garante de las estructuras y los controles necesarios de este nuevo universo digital.

7.- La formación planteará modelos de aprendizaje interdisciplinar e impartición del conocimiento por profesores nativos digitales en contextos educativos globalizados. La educación incorporará paulatinamente todos los recursos tecnológicos que se irán desarrollando, para construir modelos multiparticipativos, interdisciplinares, fluidos y personalizados. La adquisición y trasmisión de la formación se deslocalizará en tiempo y lugar. Esto llevará a que el formador sepa mucho de tecnología y sea capaz de aplicar las metodologías adecuadas a cada contexto y situación para facilitar la capacidad de aprender en formatos y entornos diferentes, convirtiendo las aulas y universidades en un ‘Sandbox’ o entorno de pruebas donde aprender, experimentar y jugar. Entornos que inviten a la colaboración y al trabajo con grupos multidisciplinares e internacionales.

8.- Los procesos de aprendizaje serán una experiencia personalizada, inmersiva y globalizada gracias a los espacios formativos que coexistirán en el mundo físico y virtual. El 5G y las sucesivas evoluciones que vendrán, habilitarán la incorporación y el uso de nuevas tecnologías disruptivas que ayudarán a crear entornos de aprendizaje más eficientes. Coexistirán numerosas tecnologías y sistemas: 5G y 6G en adelante, Big Data, inteligencia artificial, sistemas inmersivos, realidad aumentada, aprendizaje con casos prácticos virtuales, chips de estímulos cerebrales, redes sociales, múltiples metaversos, master classes, sistemas de traducción simultáneo automatizados para hablar en otro idioma en directo, aprendizaje adaptativo (formación que regula el contenido y los refuerzos en el aprendizaje según el nivel del alumno), sistemas de voz, impresoras 3D y 4D. 

9.- La universidad se integrará a múltiples organizaciones sociales y dejará de centralizar el conocimiento, que será concebido como un bien público digital y de acceso e interés global. Se crearán unidades más pequeñas fuera de los campos físicos de las universidades para acercar más el campus al estudiante, por el crecimiento de las ciudades inteligentes, o áreas de viviendas, trabajo. Los ‘centros de aprendizaje en red’ tendrán como núcleo a las universidades, trabajando en colaboración con comunidades en línea, bibliotecas, empresas, grupos de la sociedad civil, etc. A medida que se transforma la sociedad en instituciones más ágiles y competitivas y se incorporen nuevos medios de gobernanza del conocimiento y de evaluación de la innovación, evolucionará su papel en la creación y el intercambio de conocimientos. 

10.- La formación continuada y personalizada a lo largo de la vida volverá obsoletos los “macrocertificados” posicionando las certificaciones como garantes del conocimiento aplicado. Los rápidos avances en las tecnologías, junto con el cambio demográfico de los estudiantes y la naturaleza cambiante del mundo del trabajo podrían llevar a un uso extensivo de ‘microcredenciales’ que podrían acelerar la entrada en el mundo laboral y permitir un aprendizaje continuo cuando se necesita. En todo caso, la calidad de la formación a lo largo de la vida debe estar sujeta a controles de calidad que garanticen su nivel de exigencia, ya sea por la vía de la creación de un sistema de garantía interno de calidad o por cualquier otra vía regulada.

El contexto social, tecnológico y formativo, será el que tenga que ser. Los médicos no podrán elegirlo, simplemente tendrán que adaptarse a él de la mejor manera posible. Tampoco diseñarán el paciente de la próxima década, ni los valores que guíen a las generaciones venideras, pero sí que estarán obligados a ofrecer a la sociedad el servicio que esta esperará de ellos llegado el momento. Nuevas competencias sin duda serán requeridas, siendo probable que alguna de ellas hoy ni siquiera formen parte de los planes formativos ni del perfil profesional actual.

El futuro nos dibuja un camino incierto pero muy diferente a lo que hoy conocemos. Se nos viene encima un nuevo escenario que requiere diseñar una hoja de ruta nueva para capacitar a los profesionales sanitarios de las próximas décadas. Las recetas de hoy probablemente no sirvan.

No hay tiempo que perder. Ese camino hacia el futuro empieza hoy.