Una de las razones, como siempre ocurre con múltiples programas de formación, es el excesivo carácter teórico que-muchos programas basados en la PNL-se imparten en determinadas escuelas de negocios, por formadores muy preparados, desde el punto de vista del conocimiento teórico, pero sin ninguna experiencia ni capacidad profesional, por no haber puesto en práctica, en situaciones reales y concretas, esos mismos conocimientos.

Como siempre ocurre, pues, en formación, y la PNL no es ninguna excepción sino más bien mucho más exigente, lo más importante es encontrar un modelo eficaz y práctico en el que se puedan contemplar y recoger casos reales, cuanto más focalizados en el día a día mejor, y con ello ayudar a cada directivo para que los pueda resolver con mucha mayor eficacia. La formación en PNL para directivos debe ser muy in-company, diseñada totalmente a la medida de cada organización. Con carácter de exclusividad y confidencialidad, porque no se trata de "maravillar" a nadie exponiendo, sino de ayudar a cada uno para que resuelva mejor sus problemas y potencie sus capacidades directivas.

Los principios básicos son que la implementación y puesta en marcha ha de ser real y comprometida, basada en los sentimientos y esperanzas de cada persona del equipo.

Uno de los objetivos de la PNL es hacer a cada organización más plana, focalizada principalmente a dar respuestas muy rápidas a todos sus clientes( este es uno de los factores claves primarios de cualquier organización orientada a la excelencia, y la PNL ayuda como ninguna otra cosa a ello).

Cuando en una organización, viva e inteligente, se ha implantado la PNL todas las personas aprenden, de aciertos y errores, y ponen los medios para desarrollar círculos virtuosos, reduciendo al máximo los círculos viciosos de la rutina, y "más de lo mismo". Claro está la PNL rompe de inmediato con la falta de procesos de mejora.

Lógicamente cualquier sistema de desarrollo directivo, y muy especialmente la PNL, tiene que partir de la motivación de todos los colaboradores para que cada uno de ellos se lidere asimismo. En la PNL, eficaz y práctica, además de estudiar toda la estructura de la experiencia subjetiva, se establecen relaciones muy directas entre pensamientos y acciones, para que cada directivo pueda influir mejor en todo su equipo.

Una de las competencias claves que más desarrolla la PNL es la de negociación directiva y en cómo utilizar la retroalimentación y el feedback. En este punto se aleja algo más de los principios clásicos de evaluación y coaching (ambos conceptos tan recientemente usados en el lenguaje de formación como algo nuevo y tan sumamente utilizado en Farma desde hace decenios por todos los gerentes y supervisores) porque la PNL llega algo más lejos: el acercamiento de cada uno de nuestros colaboradores. Convierte la evaluación en apreciación; es decir: mutua valoración, y al aplicarla se establecen vínculos más honestos y sinceros de relación profesional.

Hemos hablado antes de negociación, como competencia clave en la PNL, ¿y por qué?. Si definimos la negociación como la capacidad de influir y saber escuchar, la PNL-como ninguna otra herramienta-nos ayuda a alcanzar ese resultado. Con ella ponemos acciones para ganar la participación y acción de todos los elementos claves de cada equipo de trabajo.

Cuando la PNL analiza la visión de la organización , e intenta alinearla con cada colaborador, está dando un paso de gigante hacia la modernización de todas las estructuras y de cada uno de los colaboradores.

En la PNL, junto a Políticas de Marketing Relacional, se vincula el éxito de la organización con la calidad de relación con el cliente externo e interno. Conversaciones es sinónimo de valor, y el valor pasa y finaliza con el aprendizaje continuo y por supuesto mutuo.

Todos los procesos que establece la PNL, en cuanto a: sintonía, acompañamiento y dirección, es una simple-pero muy práctica- ayuda de cómo aumentar nuestra capacidad de influir en los demás. Quizá uno de los logros más importantes de la PNL sea la clara diferenciación de los metaprogramas de ayuda y trabajo, basados en: entorno, comportamiento, capacidad, creencias, valores e identidad. Como la PNL enseña a cada directivo a trabajar con sus propios metaprogramas y el de cada uno de sus colaboradores, la sintonía y el acompañamiento se consigue de inmediato, y por lo tanto, una vez más, la capacidad de influir.

Partiendo del principio anterior, el directivo consigue una clara herramienta para resolver problemas y atajarlos a tiempo; mucho antes de que se conviertan en conflictos. En cada análisis la PNL nos ayuda a encontrar soluciones y a transformar los problemas en resultados y soluciones compartidas.

En una herramienta eficaz y práctica de PNL debemos tener estructuras eficaces de comunicación y trabajo en equipo, por eso en este tema tan importante de gestión inmediatamente nos ayuda la apreciación como instrumento para impulsarla.

El líder influyente que ejerce PNL tiene muy claramente definido como actuar en los niveles lógicos de los valores de identidad, y por eso consigue, con mayor implicación de sus colaboradores, sus propios resultados.

La comunicación del líder, basada en PNL, se establece teniendo en cuenta todos los aspectos de la Escucha Activa, y todo tipo de pensamiento, en imágenes, sonidos y cenestésica. El líder con PNL sabe que cuanto más sensorial es el lenguaje, es más interesante, y con ello más predisposición despierta en sus interlocutores; el líder, que así comunica, es más valorado por su propia organización y aportación a los resultados de la empresa.

Finalmente destacar dos aspectos claves: El primero la diversidad del enfoque PNL ayuda principalmente a formar equipos, y el segundo la planificación que se desarrolla a través del tiempo permite potenciar los resultados de cada etapa.

(*) PNL: Programación Neurolingüística. Herramienta eficaz de desarrollo directivo basada en la experiencia subjetiva, el lenguaje y la comunicación.