El valor de una marca. Biodramina cumple 50 años

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Redacción.

El valor de una marca. Biodramina cumple 50 años

16/6/2002
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Biodramina, uno de los medicamentos más emblemáticos de la historia de Grupo Uriach y de la farmacia en España, celebra este año 2002 su 50 aniversario como líder indiscutible del mercado de fármacos para el mareo. Cinco décadas de trabajo constante han sido necesarias para conseguir este liderazgo.

Desde el inicio, el objetivo de Grupo Uriach fue construir una marca sólida, y este objetivo se ha alcanzado sobradamente a partir de un espíritu participativo y de dotar al producto de unas cualidades reconocidas y valoradas por el público durante sus primeros cincuenta años de vida.

Biodramina nació para hacer más cómodos los viajes, y ha ido evolucionando en función de las nuevas necesidades de la sociedad.

Paso a paso, con una permanente perspectiva de futuro, Biodramina sigue hoy escribiendo su historia. El nuevo milenio, coincidiendo con el 50 aniversario de la marca, ofrece nuevas posibilidades y también nuevas exigencias a las que hay que hacer frente.

Repasemos su historia, que a la vez, es la propia historia contemporánea de España, y por extensión, la de todos nosotros.


El dimenhidrinato
Hasta los años 40 para tratar el mareo se utilizaba la escopolamina. Sin embargo éste, es un fármaco que posee muchos efectos secundarios, entre los que destacan la taquicardia y la midriasis o dilatación de la pupila. La utilización de este medicamento nunca llegó a ser significativa, y fue retirado del mercado por el propio fabricante.

En los años 40 comenzaron a utilizarse los antihistamínicos para el tratamiento de los procesos alérgicos. Uno de estos fármacos era el dimenhidrinato. En una ocasión, una paciente manifestó a su médico que, desde que tomaba el medicamento con dimenhidrinato, que le había prescrito para la rinitis alérgica primaveral, no se mareaba al viajar en coche. El médico se limitó a comunicar el hecho de forma rutinaria a las autoridades sanitarias, que no le dieron mayor importancia.

En aquella misma época, la Marina de los EE.UU. y la Royal Navy estaban buscando un fármaco alternativo a la escopolamina para prevenir el mareo de las tropas transportadas por aire o por mar y, en especial, de las unidades de desembarco. Además, el mareo disminuía la capacidad de supervivencia de los náufragos en los botes salvavidas a la deriva, como consecuencia de los vómitos y la deshidratación. El fármaco ideal tenía que estar desprovisto de los graves efectos secundarios de la escopolamina, en especial la midriasis, que supone serios inconvenientes en una acción militar. Uno de los investigadores, revisando archivos de informes médicos, reparó en el dimenhidrinato y su actividad contra el mareo, calificada de "efecto inesperado" unos años antes. Consideró que podría tratarse del fármaco que estaban buscando y, tras los oportunos ensayos, en los que se corroboró su eficacia y la ausencia de midriasis, el dimenhidrinato se convirtió en la solución contra el mareo que utilizaron las tropas en muchas acciones militares.

El dimenhidrinato fue comercializado en España en 1952. Este antihistamínico bloquea la llegada de impulsos nerviosos al cerebro y al centro del vómito. Su efecto es percibido a los pocos minutos de la administración y persiste durante 4-6 horas.

 

Años 50: Biodramina aparece en escena

 


En marzo de 1952, Grupo Uriach lanza al mercado Biodramina. Desde su nacimiento, se presenta al público con el aval del médico; por este motivo, las acciones dirigidas a la clase médica son constantes. En las primeras campañas, tales acciones se concretan en la confección de materiales para la presentación de Biodramina por parte del visitador médico, el envío de tarjetones e impresos para solicitud de muestras y la publicación de anuncios en varias revistas médicas.

Pero son las campañas dirigidas al consumidor las que constituyen todo un ejemplo de creatividad y eficacia. Una de las primeras resulta especialmente remarcable: se trata de una colección de impresos con diferentes medios de locomoción en la portada.

El mismo año del lanzamiento de Biodramina, aparece Don Bio. Este simpático personaje se convierte en el protagonista de las próximas campañas, ayudando a identificar la marca. Don Bio, además, presenta al consumidor las diferentes situaciones en que, utilizando diversos medios de transporte, puede aparecer el mareo cinético.

Pronto se hace evidente que una buena manera de llegar al público es presentándose ante él en la farmacia, con una estrategia innovadora: la utilización de los escaparates como soporte publicitario. Así, la farmacia se convierte en un factor decisivo para el éxito de Biodramina. En la España de 1953, Grupo Uriach invita a 200 farmacias de grandes capitales a participar en esta idea pionera. Carteles murales, carteles de mostrador folletos, cajas de productos y displays, entre otros, inundan las farmacias. Como cada farmacia es distinta de las demás, cada uno de los 200 escaparates se personaliza para cada establecimiento.

Paralelamente, se hacen llegar folletos de Biodramina a destinos tan dispares como agencias de viajes, hoteles, compañías de aviación o compañías marítimas entre otros.

En 1957, ante la falta de penetración del fármaco en algunas zonas de España, se crea el envase de dos comprimidos. El nuevo formato, presentado en carteritas, permite a Biodramina llegar a los consumidores con menor poder adquisitivo. Otro inconveniente que frena la expansión de la marca es la somnolencia que puede provocar el dimenhidrinato. Para los casos en los que la somnolencia pueda ser un problema, Grupo Uriach lanza al mercado Biodramina-D, que compensa la acción sedante.

 

 

Años 60. Creciendo con la farmacia

 


Comienza una década muy intensa en la que el país vive cambios económicos, sociales y culturales que inciden en todos los aspectos de la vida. Biodramina crece en este nuevo entorno.

Las campañas publicitarias consolidan el beneficio original del producto sobre el mareo cinético. Para los médicos, Biodramina sigue siendo útil para lograr un óptimo postoperatorio, en los vértigos y para el tratamiento de la cinetosis o las náuseas durante el embarazo. Para el público, el eje de las campañas es la efectividad de este fármaco en el tratamiento del mareo en los viajes. Las acciones emprendidas son cada vez más ambiciosas y creativas. Un ejemplo del desarrollo de la marca y de su actividad publicitaria son los 1.200 escaparates contratados en 1961. Seis años más tarde serán 4.000.

Los años 60 también consagran la farmacia como figura fundamental del éxito de Biodramina. Sin la ayuda de la farmacia, la historia de este medicamento no sería la misma. La primera edición del Concurso de Escaparates Biodramina, en 1963, es uno de los mejores ejemplos del interés por motivar la participación de la farmacia en la consolidación del fármaco. A partir de un material de exposición básico, cada establecimiento debe decorar el escaparate según su propio criterio y remitir una fotografía a Grupo Uriach. Finalmente, un jurado de grafistas, fotógrafos y publicistas selecciona a los finalistas y los ganadores.

El éxito de la convocatoria supera todas las expectativas: conforme avanza la década, Biodramina amplía su radio de acción a nuevas zonas. Este es el objetivo de las campañas; presencia constante en la farmacia.

Biodramina es una marca que se construye a partir de un espíritu participativo. La muestra más clara está dentro de la propia familia Uriach: un dibujo de Marta, de seis años, hija del Dr. Juan Uriach Marsal, ilustra el cartel de mostrador de 1967. Su hermano Joaquim también colabora, posando como modelo para un cartel de 1969.

Otro hecho destacado es la publicación, en 1962, de una colección de guías de carreteras con la imagen de Biodramina en la portada. Esta iniciativa recibe una gran aceptación entre el público. Y es que, superada la posguerra, se inicia un periodo de desarrollo y bienestar en España. El ciudadano empieza a tener a su disposición muchos bienes hasta entonces inaccesibles, especialmente el automóvil. Los fines de semana y durante la época de vacaciones las carreteras se inundan de coches, Sin embargo, las carreteras son todavía precarias, y muchas tienen un pavimento irregular, multitud de curvas y abundantes puertos de montaña. Se trata de un escenario ideal para que Biodramina se popularice y se convierta en un aliado de los viajeros que padecen mareos.

No hay dudas sobre la conexión permanente entre este producto y la realidad circundante. En julio de 1969, las farmacias muestran en su escaparate un display de movimiento de Biodramina, que representa un módulo lunar y los astronautas que salen de él. El hombre conquista la Luna. Biodramina llega al corazón del público.

 

 

Años 70. Biodramina y Bidoramina-C

 


Los años 70 suponen una etapa de consolidación. Biodramina es ya una marca sólida, en pleno desarrollo, que alcanza una situación privilegiada: se convierte en el fármaco de referencia para el tratamiento del mareo. Esto se consigue tras muchos años de acciones publicitarias y de fidelización, fomentando la participación de la farmacia en la iniciativa común de convertirla en una marca potente. El Concurso de Escaparates sigue creciendo y constituye en sí mismo un soporte publicitario de gran peso y alcance que permite a Biodramina estar presente en todo el país.

En 1970 aparece una nueva presentación del producto: los supositorios infantiles. Pero el acontecimiento decisivo para la trayectoria futura de la marca es el lanzamiento, en 1971, de Biodramina Cafeína. Desarrollado para cubrir las mismas necesidades que Biodramina-D, el objetivo es que este nuevo producto sea aceptado como alternativa.

Desde el comienzo de la década, se distribuye a las farmacias bolsas de plástico con el logotipo de Biodramina. Se trata de un elemento muy práctico para la farmacia y sus clientes, y además es efectivo como soporte publicitario. También destaca por su impacto social la creación del display modelo Careta. Su diseño evoca un ojo de buey de un barco tras el cual aparece una careta de goma. Un sencillo mecanismo oculto consigue que la cara imite las muecas de una persona mareada. Su repercusión es tan notable que incluso la revista humorística La Codorniz se hace eco del acontecimiento.

A medida que pasa el tiempo, el poder adquisitivo de la población sigue en progresión, lo que hace derivar el consumo del producto hacia los envases mayores. Además, empiezan a ser habituales en la época estival los viajes dentro del país o al extranjero. Es a partir de este momento cuando los españoles empiezan a disfrutar de las vacaciones como forma de ocio institucionalizada.

En 1978 tienen lugar varios cambios que ponen a prueba la solidez de la marca. Biodramina-C sustituye definitivamente a Biodramina-D. Este paso no se hace de forma brusca, sino mediante la puesta en marcha de acciones para introducir Biodramina-C paulatinamente en el mercado. El éxito es rotundo.

En 1979, con la aparición de la nueva legislación, Biodramina recibe la calificación de Especialidad Farmacéutica Publicitaria (EFP) que no precisa receta médica para su compra. Esto supone un cambio en la publicidad farmacéutica. Por un lado, veta el Concurso de Escaparates, lo que supone un duro revés a la participación que Biodramina había conseguido por parte de las farmacias de todo el país. Por otro, permite a Grupo Uriach intensificar la publicidad directa de la marca al público general.

Los años 70 tocan a su fin, y el país vive una transición política que preocupa, pero que al mismo tiempo es motivo de ilusión. Del mismo modo, Biodramina afronta nuevos retos y nuevas perspectivas, y se mantiene en permanente evolución.

 

 

Años 80. Biodramina, también en chicle

 


La nueva legislación sobre publicidad farmacéutica cambia el escenario de las acciones promocionales llevadas a cabo por Grupo Uriach; se hace necesario encontrar nuevos caminos para llegar al público.

Llega un momento en que la lucha por los escaparates como soporte publicitario es tan encarnizada que aparecen empresas con el objetivo de comercializar este espacio. Esto incrementa los costes de contratación, y la idea de la que Grupo Uriach fueron pioneros, hace treinta años, se mercantiliza. El reto queda ahora en manos de la creatividad, que debe desarrollar nuevos soportes que dirijan su atención hacia el interior de la farmacia.

El equipo de marketing decide que es hora de dar una nueva dimensión a los materiales gráficos. A partir de ahora pasan a convertirse en elementos que el público conserva y, en algunos casos, incluso colecciona. De hecho, la idea no es nueva: dos décadas atrás ya se ofreció una colección de guías de carreteras. Ahora se trata de una colección de mapas de España con la ubicación de los campings. De forma paralela al crecimiento del parque móvil español, tras los mapas de campings vienen mapas sectoriales de España, y más tarde de paradores de turismo.

En 1984, la obra gráfica de Biodramina vive un momento de gran esplendor. Se crean tarjetones de pariroflexia con ilustraciones que representan medios de locomoción, de los que se obtiene un juguete de cartulina después de recortar y pegar. Como consecuencia del éxito de esta iniciativa entre los más pequeños, en 1987 "sale" el Juego de la Oca de Don Bio y una serie de adhesivos. Incluso muchos adultos sienten interés por coleccionar estas piezas. La farmacia sigue siendo el mejor lugar de encuentro entre Biodramina y su público.

Los 80 suponen una apuesta definitiva por la comunicación a gran escala. Desde 1979, cuando Biodramina pasa a ser EFP, se intensifican las acciones publicitarias en los medios de comunicación. En 1983, se realiza la primera campaña en radio, paralelamente a acciones informativas dirigidas a las farmacias. El éxito es enorme, y los presupuestos aumentan en función de los resultados de las ventas. El siguiente paso es la realización, en 1988, de la primera campaña de publicidad del fármaco en televisión, con el spot titulado Brújula.

Una muestra de la actividad innovadora constante de Laboratorios Uriach es la necesidad de potenciar aún más la rapidez de acción del dimenhidrinato. En 1988, este esfuerzo cristaliza en el lanzamiento al mercado de Biodramina Chicle, con un sabor agradable y una extraordinaria rapidez de acción. La actividad comercial permanente sobre esta nueva y práctica presentación se completa, en 1989, con un nuevo spot. Esta estrategia obtiene excelentes resultados, y al final de la década Biodramina Chicle supera en más del 50% las ventas de la competencia.

La década termina y Biodramina es un referente absoluto. El nuevo reto es mantener el espacio conseguido en la mente del consumidor.

 


Años 90. Biodramina, la de toda la vida
Cuarenta años después de su incursión en el mercado, Biodramina se mantiene como referente indiscutible de los productos contra el mareo. Es la marca genérica en el tratamiento del mareo. Una marca tan cotidiana que aparece citada en novelas, artículos, chistes, tiras cómicas, etcétera. Biodramina forma parte del acervo popular.

La televisión sigue siendo el medio principal de las campañas de estos años. En los spots publicitarios Curvas (1991) y Coche (1997), Biodramina se asocia a las situaciones en que su uso resulta imprescindible para disfrutar de un viaje placentero.

Las oficinas de farmacia son auténticos centros de asesoramiento en cuestiones sobre salud. A través de ella se incrementa la distribución de tarjetones recortables, y también de nuevas colecciones de adhesivos, expositores y láminas ilustradas. La presencia de Biodramina en la farmacia es el medio más directo para acceder al público. Por su parte, la intensidad de las campañas de este producto crece a medida que en el calendario se avecina un período vacacional. Existe otro tipo de acciones que hacen llegar la imagen y el mensaje de la marca a un público muy concreto, como por ejemplo el patrocinio de actividades y entidades deportivas relacionadas con el mundo de la navegación.

La publicidad en la radio es el complemento perfecto para las campañas de televisión. En los años 90 empiezan a tener gran éxito entre la audiencia los programas radiofónicos orientados a la salud y la calidad de vida. Biodramina aparece en estos espacios mediante la emisión de cuñas publicitarias recordando al oyente que no olvide su Biodramina antes de emprender un viaje.

Biodramina despide la década, el siglo y el milenio, y afronta el futuro con el mismo reto de los 50 años anteriores: seguir siendo el producto más eficaz contra el mareo.


Año 2000. Biodramina, líder contra el mareo
El nuevo milenio, coincidiendo con el 50 aniversario de la marca, ofrece nuevas posibilidades y también nuevas exigencias a las que hay que hacer frente.

Biodramina entra en la nueva etapa como líder indiscutible del mercado de fármacos contra el mareo. El nuevo objetivo es dotar a Biodramina de la identidad de una marca del siglo XXI. Sin embargo, la comunicación cambia. Ya no es necesario mostrar tan explícitamente el esquema problema-solución. El grado de familiaridad del público con el fármaco hace posible que, sólo con apelar el nombre Biodramina, se establezca una conexión lógica con el beneficio que aporta. El mensaje puede ser expresado en una frase tan simple como "disfruta el viaje". Las nuevas campañas presentan una estética cuidada hasta el mínimo detalle, y un tono marcadamente emocional que trasciende al mero acto de desplazarse de un lugar a otro. La recompensa a este esfuerzo es el reconocimiento de la campaña como la mejor realizada para un producto EFP en el año 2001. Biodramina gana los premios Aspid, consiguiendo el Aspid de Oro y dos máximos galardones más.

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