De la identificación de las necesidades de formación a la acción formativa correspondiente

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Rafael Tapounet. Director General. Profármaco 2.

De la identificación de las necesidades de formación a la acción formativa correspondiente

21/5/2012
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Cada vez resulta más evidente para las consultoras especializadas en farma, la obligación de identificar las necesidades de formación como paso previo a todo programa de mejora de la competencia profesional del médico, que pretenda ser eficaz.

Hace unos años publicamos en esta misma revista un opúsculo sobre el papel de la Industria Farmacéutica en la formación médica continuada (FMC) en nuestro país, el cual finalizaba con estas palabras:
Mi opinión es que estamos en el buen camino pero es necesario que la oferta de formación se organice mejor, y para ello es fundamental que crezca, tanto en calidad como en selección, anteponiendo las necesidades del destinatario a cualquier otro propósito, y sobre todo definiendo los instrumentos que permitan detectar esas necesidades con la máxima fiabilidad”.

Han pasado unos años y hoy podemos decir que es posible llevar a cabo la materialización de esos deseos, aunque para ello se tiene que partir de un planteamiento profesionalizado mediante un programa cuidadosamente diseñado, y utilizando los medios adecuados a tal efecto.

Solo así podemos lograr hacer realidad aquella premisa que dice: toda acción formativa pretende solventar una necesidad de formación, y por lo tanto ésta ha de ser conocida previamente.

Ahora bien, como es de todos sabido, aún hoy en día muchas de las actividades de formación médica continuada que se realizan no están integradas en la práctica clínica y, sobre todo, no responden a las necesidades de formación de esos profesionales.

De otra parte, los propios médicos interesados tienden a formarse en aquello que más les gusta y que, lógicamente, son aquellas áreas que mejor conocen, dejando de lado otras que son necesarias para poder mantener un nivel adecuado de su competencia profesional.

La consecuencia de todo ello es que cada vez resulta más evidente la necesidad, e incluso diríamos que la obligación, de detectar o identificar las necesidades de formación (sentidas y ocultas) como paso previo a todo programa de desarrollo profesional continuado que pretenda ser eficaz.

El análisis de necesidades consiste en una serie de técnicas que nos permiten descubrir la necesidad – problema y conocerla con la suficiente profundidad como para poder resolverla.

Una forma de llevar a cabo ese cometido es entendiendo la necesidad en toda su dimensión.

La necesidad es, tanto aquello que el médico de familia de Atención Primaria percibe como necesario y que desea, sintiéndose capacitado para realizar; como el conjunto de aspectos que se consideran inherentes al desarrollo profesional de dichos médicos, y sin los cuales puede afirmarse que su trabajo no se realiza de forma competente.

Ello significa que este tipo de análisis de las necesidades de formación demanda o exige que alguien (normalmente un experto) establezca lo que “debería ser”, puesto que se parte de una idea de carencia. Es decir, hay que fijar la distancia entre “lo que es” y “lo que debería ser”.

Teniendo en cuenta todo cuanto acabamos de comentar decidimos en su momento dar un paso cualitativo que, mejorando la calidad de la oferta, favoreciera de manera especial al destinatario de la misma: el médico de familia de Atención Primaria.

En otras palabras, como empresa especializada en formación médica hemos querido optimizar la inversión que la Industria Farmacéutica hace en la formación médica continuada (FMC).

A tal fin, creamos una consultora (MediLearning Consulting) cuyo objetivo fundamental no es otro que el de asesorar a la Industria Farmacéutica en materia de formación médica continuada (FMC).

Su labor se centra en objetivos claros y definidos, tales como:
* Detectar e identificar las necesidades de los médicos de familia de Atención Primaria en materia de formación.
* Establecer las bases que permitan cubrir esas necesidades, especialmente en cuanto a conocimiento pero también en cuanto a habilidades y actitudes.

En consecuencia, diseñar los programas de formación médica continuada (FMC), utilizando para ello elementos y técnicas adecuadas.

Esta política nos conduce a la creación de programas mediante los cuales los médicos de familia de Atención Primaria pueden conocer sus necesidades reales de formación y, lo que es más importante, las necesidades conjuntas de los centros donde desarrollan su labor.

Finalmente, la implantación de ese programa por la empresa patrocinadora significará para ésta un avance innovador en materia de formación médica continuada, que además de situarle en lugar de privilegio desde el punto de vista de su compromiso con las aspiraciones de los profesionales de la salud, redundará en el reconocimiento implícito a esa labor, por parte de éstos.

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